04 octubre, 2010

El reencuentro

Esa noche ella quería sentirse deseada. Se arreglo lo mejor que pudo. Se puso su mejor ropa, esa ropa que marcaba todo lo que la hacía ser ella. Se hecho del mejor perfume que tenía, uno que alguna vez algún novio le había regalado, ya no se acordaba con exactitud quien había sido, ya hace tantos años que no tenia compañero de andanzas. Tomó los zapatos que tiene ese tacón tan alto y que la hacía ver tan mujer, esos que al caminar le ayudaban a que su movimiento de caderas se viera aún más llamativo. Y así salió a juntarse con aquella persona con la cual habían quedado hace tanto tiempo, pero que el destino había alejado.
* * *

Estuve esperando por casi una hora, ella estaba atrasada, esa Alejandra, nunca cambiará. Mientras esperaba algo llamo mi atención, una mujer como nunca antes había visto. Dios esas caderas. Si la hubieras visto... Se veía increíble, despampanante, simplemente hermosa.
Su seguridad hacía que todos se dieran vueltas para mirarla, y yo no fui la excepción.
No podía dejar de observarla, su figura, su rostro pálido y su cabello color fuego.
Pero debía concentrarme en esperar a mi musa, no a la de algún otro con suerte, como para poseer tan exuberante mujer. Así que volví a mi trago mientras esperaba. Hasta que sentí a alguien al lado mio. Ya estaba listo para echar a quien sea que fuese, yo esperaba a alguien, cuando miro y era aquella pelirroja que vi entrar, quien me llama con alegría y nostalgia:
- ¿Ignacio?, ¿Eres tú?
* * *

Entró al bar, y se sintió observada, demasiado para su gusto, pero no podía reclamar, se veía increíble y ella lo sabía. Lo busco con la mirada, y lo vio ahí mirándola, se sonrojó, lo cual la hacía ver aún mas bella. Caminó hacia él y se percató que no la observaba más, se extraño. Tal vez se arreglo demasiado, tal vez no era de su gusto, dudó. Finalmente fue hacia él. Tanto tiempo había soñado con ese momento. Tantos años de espera, y finalmente estaba ahí. Era tanto el deseo de verlo que estaba nerviosa a más no poder. No resistía. Trato de calmarse. Y cuando se tranquilizó un poco le llamó.
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Quien sabe si la sigo. besos y amor para todos.

2 comentarios:

Muñoz dijo...

No sé por qué extraña razón siempre le agarro la rítmica a lo que escribes aunque sea tan breve, a veces no muy correcto ortográficamente y sean imágenes más bien corrientes. Qué sé yo... las leo con ritmo.

nico72 dijo...

Siempre los reencuentros tienen algo especial. La nostalgia de todo pasado, la nostalgia del saber que hubiera pasado si...
No se si todos los reencuentros son buenos, pero tienen una chance de no cometer errores, de decir lo que nunca te atreviste, de invitar al lugar que nunca te acordabas...miles de cosas